martes, 7 de junio de 2011

me tiro al agua

Cual breve inciso os copio y pego hoy una polémica habida por otros lares pero que considero de interés general. Hay tanto que hablar y decir aquí de mi última cita en la Puerta del Sol, que me tengo que quitar esta cruz de la espalda cuanto antes para centrarme en la nueva vida que surge, implacable, delante de nuestras propias narices. Si recordáis una entrada que publiqué no hace mucho con el sugerente título e la nave va, ahí está el origen de esta batalla dialéctica que paso a secuenciar para vosotros.

La cosa nace en una entrada de Adrían Vogel, amigo de esta página, en su blog El Mundano. Luego, en los comentarios, tras una ácida diatriba con otra amiga de aquí (Nieves), empieza lo jugoso de esta historia. Primero, protesta Reyes Montiel de lo que considera un ataque a su líder (y socio en las alturas de EQUO) Uralde: Qué rebuscado todo, no? Sobre todo porque lo “profesional” hubiera sido contrastarlo con el propio Juantxo. Gracias por todo Sr. Vogel. A lo que responde Adrián: Hola Reyes, me agrada leerte por aquí. Supongo que lo haces en calidad de Presidenta de la Fundación Equo. Y sí mi nota es rebuscada es porque he buscado y buscado… Quien tiene que comunicar y contactar es “tu” Juantxo. No yo. Es él quien propone unas líneas de actuación, desconocidas hasta el momento. Y te recuerdo dos cosas (disculpa el tuteo): 1.- No soy “profesional” y este blog no es un medio, es algo personal. Los “profesionales” sois vosotros. 2.- Las elecciones, a las que pretende presentarse Equo, se celebrarán en una horquilla entre este otoño y la próxima primavera. Estamos en junio. Y Don Juantxo ya puede darse prisa en “contactar” con sus potenciales votantes y “comunicar” su mensaje. Porque desde la Web y su blog no sabemos nada (como he descrito en el post). Así podremos “contrastar” la validez o no de sus propuestas. Salud & Saludos.

La cosa sigue y se va calentando. A una nueva intervención de Montiel (seguidlo en el blog enlazado, que me canso del copiapega) responde Vogel apoyándose en mi entrada de la nave que os mencionaba al principio, y ahí abre la ínclita Reyes su particular caja de los truenos, muy digna ella. Y yo, en el mientras tanto, sin comerlo ni beberlo. Afirma la doña, entre otras lindezas: ... Por cierto, ya me pondre en contacto con D. Antonio Piera (si es socio de verdad estaran sus datos) para devolverle los 120 euros que tan alegremente nos transfirio y que tan descontento parece que le tiene. Digo parece porque si ha ido a nuestras reuniones no ha abierto la boca (en EQUO, siendo socio, es casi una obligacion)....

Y ahí es cuando salto. Entre otras cosas, porque no se me ha dado nunca en la citada organización, de nombre tan italiano, oportunidad alguna de participación que no sea para invitarme a jalear y/o aplaudir, sino antes bien al contrario, y sé de lo que hablo. Os copio mi respuesta a esta diatriba:

Por alusiones.
Me veo metido en este berenjenal sin comerlo ni beberlo, pero en el fondo le agradezco al amigo Adrián que me haya puesto en este disparadero. Algunas verdades del barquero, para abrir boca: pues sí, me apunté a Equo. Sí, pagué por ello 120 euros a primeros de febrero, más de lo que en principio se demandaba por culpa de mi voluntad participativa. Sí, desde entonces a hoy he recibido en mi e-mail exactamente siete (7) comunicaciones directas de Equo, así que, aunque poco, debería figurar en el listado de “socios de verdad”. Y Sí, en una de ellas se reconocía que la compañera Pepa López había recibido y anotado mi queja verbal: rebusque usted, doña Reyes, que seguro que lo encuentra.
De una organización que presume de horizontalidad, no he recibido modo ni vehículo alguno de participación activa desde mi alta. Por mi propia cuenta, sin embargo, sí he participado en un llamado “encuentro digital” con usted desde la equoaldea de facebook, haciéndole varias preguntas a las que usted contestó, en carta cerrada, unos cuarenta días después. Debo decirle que no hallé respuesta alguna a mis inquietudes en sus genéricas contestaciones y que, desde luego, aquello no fue lo que se considera habitualmente un encuentro digital, ni mucho menos.
Fui amablemente convocado al último acto público de Equo en el olivar (una de las 7 cartas mencionadas). No asistí, pese a estar en Madrid, por dos razones: porque una reunión de dos horas me parecía más un acto de propaganda, pero para nada participativo, y porque a esa misma hora teníamos en Sol una asamblea final de conclusiones de la intensa reunión de trabajo de ciudades en lucha. Comprenderá usted que no había color. Me pareció mucho más útil coordinarnos con quienes luchan por acabar, entre otras muchas cosas) con una manera de hacer política que prescinde de las personas y las utiliza a su antojo.
El lunes 6 de junio, cuando regresaba agotado a mi pueblo, tuve la dicha de leer dos twitters suyos en el tren. Porque la sigo. Decía usted en uno: “Ñnossss días. Y hoy qué me pongo?” En el otro, fechado a las once menos veinte de un lunes laborable, se podía leer: “Desayunarrrrrrrrrr, Desayunarrrrrrrrr”. Comprenderá usted que haya dejado de simpatizar plenamente con cuanto usted emprenda y/o participe y/o represente este que, cuando usted nació, peleaba ya contra el franquismo en la calle y desde los escenarios con Castañuela 70. Contra el franquismo, y contra cualquier diletante u oportunista.
Y SÍ, deseo que me devuelvan ustedes a la mayor brevedad los 120 euros que aporté a una causa que me ha desengañado plenamente porque es, sin duda alguna y gracias a la colaboración de personas como usted, más de lo mismo.

De ahí el título de esta entrada. Me bajo de la nave EQUO. Me tiro al agua. Nadaré hasta la orilla (apenas unos metros) y me tumbaré en la playa. A tomar el Sol.

4 comentarios:

nata dijo...

toma el Sol, querido antonio, toma el Sol :)

Adrian Vogel dijo...

Equo: para este viaje no hacían falta estas alforjas...

Nieves dijo...

Qué falta de respeto el de Doña Reyes, qué menosprecio al que presupone debajo de su bota … pero si es como Doña Espe : cuña de la misma madera...

Antonio Perea dijo...

...Y con los 120 euracos te tomas una urta en el chiringuito. Eso es lo que no te va a quitar nadie de la experiencia de una nueva izquierda (bueno, no te lo va a quitar nadie si logras que te los devuelvan). Y repito lo que dije en el blog de Adrián: visto lo visto, ¿ahora qué nos ponemos?