jueves, 29 de enero de 2009

adios, Conejo

Leo en la prensa que se ha muerto John Updike y me da una rabia enorme. Aunque no sé si os consta este escritor, él ha tenido para mi gran importancia, porque le conocí de pequeño y gracias a sus libros me aficioné a la lectura, y de ahí a la literatura. Era un chaval, no tendría más de diez u once años, cuando leí a Updike por primera vez. Haciendo números todavía me sorprendo más, porque el libro cuyo título me atrajo debió escribirlo poco antes, allá por los primeros años sesenta. Lo he buscado en la wiki por si os interesa, pero no me detengo en su figura porque lo que os quiero contar es otra historia.

De niño, pasábamos los veranos en San Sebastián, creo que ya os lo he contado, jugando en la playa de Ondarreta, a veces, con las nietas de Franco, el mismo que tomaba el sol en su caseta portátil instalada al margen de las demás, apartada de los toldos donde venía a aparcar, año tras año, mi familia. Con ellas aprendí lo ricas que están las quisquillas vivitas y coleando, justo cuando acabas de recogerlas en el cuenco de ambas manos en las lagunillas sin escape posible que deja el mar al retirarse tras cada ola, cuando te las metías en la boca sujetas por la cabeza. No sé si su perversión, o la mía, eran hereditarias, vaya usted a evaluarlo, pero aquellos días de bañadores mojados y miradas furtivas a lo que apenas velaban son aún para mí un recuerdo balsámico que evoco de tarde en tarde.

Tras el largo paréntesis playero de San Sebastián, negros como tizones, regresábamos a Zaragoza cargados de baúles y Calcio20 para, casi de inmediato, desplazarnos a Mequinenza antes de que empezasen las Fiestas. Solía recogernos en casa el amigo Riau, una especie de mayordomo para todo de ca (casa) Canero que era como llamaban en el pueblo a la entidad que formaban mis tíos y sus posesiones, un hombre que cazaba como dios, disparaba como los ángeles y del que nunca supe (o recuerdo) el nombre de pila, creo que era tocayo mío, pero al que aprecié mucho. Llegaba a bordo de su 600 y nos cargaba "con todo y maletas", gesto ya de por sí heroico, para trasladarnos a sesenta por hora hasta el pueblo con parada en Candasnos para enfriar el coche y saludar a otra rama (la campesina) de la familia, o parada en el Hostal El Ciervo, en mitad de la nada, que tenía una jaula con su bicho y todo al que saludábamos años tras año como si nos reconociera.

Siendo mi padre del pueblo, y entonces capitán (antes maestro) de los que se quedaron en el Ejército tras ser alféreces provisionales en guerra (si me preguntáis el bando os destierro), sus primos le trataban con gran deferencia a pesar de que en casa no teníamos un duro y ellos eran los ricos del pueblo. Unos ricos ya relativos, pero todavía pudientes como demostraban los tres pisos más sótano de su residencia principal, la huerta del otro lado del río, las colmenas y las minas de carbón pobre y otras posesiones por las que nos movíamos también nosotros como si fuéramos los amos. En aquella casa había tocadiscos y hasta frigorífico eléctrico, no os digo más. En el tocadiscos solía sonar la guitarra de Ranata Tarragó y algún otro concertista ilustre mientras el tío Honorio, tan feo como encantador, les emulaba con tesón y cierta gracia ajena a sus dedos gordos y aparentemente torpes de camionero propietario de flota propia. Allí vivía también el tío Manolo, que había sido alcalde y al que nunca le picaban las abejas cuando entraba sin protecciones a sacarles la miel, su esposa Pilar, siempre de negro, y las tres hermanas solteras a las que a veces llamábamos con más malicia que precisión Las hermanas Catafalco, pobrecitas mías, Pepita, Rosa y Pilar. También vivía en la casa, además de alguna de las varias criadas externas e internas que pululaban por allí, un perro precioso, setter irlandés, que sabía apañarse con los pomos de cualquier puerta cerrada, aunque se abriera para dentro, y que se llamaba Thor.

Eran las tres hermanas un dechado de estilo e incongruencias, aunque cada una tenía lo suyo. Pepita, la más joven e inquieta, estaba ya jubilada de su grado de maestra nacional y era la bibliotecaria del pueblo, que es a donde quería llegar, porque muchos días, a la hora de la siesta (que era norma general pero que yo me saltaba a la torera), tomaba prestada la llave de la biblioteca y allí me encerraba, tras cruzar la calle, para leer al fresquito de sus gruesos muros y sus ventanas siempre cerradas. Allí, de entre largos y asombrosamente poblados anaqueles, descubrí por primera vez a Updike porque me llamó la atención el título de su libro, Corre, conejo, mientras andaba yo a la busca de escritos que me desvelaran con mayor claridad los secretos del sexo que ya por entonces, a tan corta edad, (y para siempre) me traían a mal traer. Aunque mi memoria se ofusca a veces, también creo recordar que algunos pasajes de aquél volumen los tuve que leer sujetándolo con una mano.

Que sea feliz, allá donde se encuentre, el padre de aquel Conejo revelador.

Nota.- Copio texto de una canción de Pink Floyd, del disco "The dark side of de moon" (1973) porque tiene algo que ver con la cosa escrita antes:

Respira, inspira el aire
no tengas miedo de preocuparte
vete, pero no me dejes
busca a tu alrededor y escoje tu propia base
por que tu vida es larga y alto tu vuelo
y dedicarás sonrisas y llorarás lágrimas
y todo lo que tocas y todo lo que ves
es todo lo que tu vida será siempre.
Corre conejo, corre
excava tu agujero, olvida el sol
y cuando al fin el trabajo esté hecho
no te sientes, es hora de excavar otro
porque tu vida es larga y alto tu vuelo
pero sólo si remontas la marea
y te mantienes sobre la ola mas grande
corres hacia una tumba temprana.

viernes, 23 de enero de 2009

bObamanía

Desde siempre he pensado que una de las habilidades del capitalismo era su particular manera de quitarle la espoleta a cualquier elemento, asunto, circunstancia o persona que pudiera ponerle no ya en peligro, sino mínimamente en solfa. Una habilidad que lo mismo servía para absorber un diario molesto que para apropiarse de un personaje con visos de convertirse en excepcional. En esos casos, como ocurrió con la eterna mueca fotográfica que hiciera Alberto Korda del Che Guevara con boina y estrella, se sirve habitualmente del marketing para que desaparezca el contenido revolucionario de una imagen a costa de repetirla hasta la saciedad reproduciéndola millones de veces en todos los soportes imaginables. ¿Qué peligro puede representar el adalid cubano-argentino cuando puedes beberte el desayuno en una taza con su foto? ¿Qué ideología podrá representar o proyectar desde la cubierta de un bolso prét-à-porter?

Lo mismo está ocurriendo ahora con la imagen de Obama. La misma imagen que tan bien ha servido a su campaña presidencial es ahora pasto de comerciantes y pueden encontrarse en la red (y en puestos callejeros del mundo entero, desde luego) desde zapatillas y colonias a las inevitables camisetas del we can. En efecto, todos nosotros podemos ya comprar alguna. Al mismo tiempo, y no creo en las coincidencias, se está poblando la red de páginas de reclamo en las que programitas veloces y arteros como ninguno transforman el rostro que les envías en iconos mundiales inscribiéndolos en cualquier entorno curioso o prestigioso o propio del famoseo como un enorme cartel callejero, la portada del Vogue International o la camiseta que visten Brad Pitt o su señora, algo propio evidentemente para hacer unas risas pero que no esconde la proyección del narcisismo de su protagonista hasta el infinito. Como véis en la ilustración adjunta, yo mismo y mi circunstancia hemos elaborado unos cuantos juguetes de esos y no me ruboriza enseñarlos, ni publicar aquí la página donde se hace aunque pierda la exclusiva. Tire la primera piedra quien esté libre de tentaciones como la de acunarse entre los pechos de Angelina Jolie.

Pero, además, resulta que hay gente sin pudor alguno que está utilizando este género de mecanismos al servicio (suponen) de su carrera política, como es el caso del candidato socialista a lendakari y bloguero premiado de pro Patxi López, quien ha publicado en su página su foto transformada en cartel en pleno delirio de bObamanía galopante obtenida en la misma página en la que me hice el cartelito del we fuck que ilustra estas líneas. Lo supe leyendo la información y crónica crítica en el blog de uno de nuestros visitantes y comentaristas ilustres a quien desde aquí agradezco la luz que arroja a menudo sobre la situación siempre tan complicada que vive el país vasco, además de permitirme compartir en otro blog sus apreciables conocimientos y su comedida pasión por el fútbol, que comparto.

Que sea también lo escrito un hilo que me sirva para declarar solemnemente que éste tercero será el último post que dedico al hombre de color negro que preside el país a cuya desvergüenza y piratería financiera debemos las actuales y venideras miserias.

miércoles, 21 de enero de 2009

a contracorriente

Yo también contemplé la ceremonia. También me emocionaron los rostros de hombres y mujeres esperanzados, que quisieron estar allí para contemplar cómo se vienen abajo los viejos mitos y las prohibiciones viejas, cómo el país del KKK aplaude este nuevo hito de su breve historia. Me alegré con ellos, vibré con sus llantos apenas contenidos y escuché con la empatía saliéndome por las orejas el discurso del nuevo okupa de la Casa Blanca. Se me pusieron los pelos del cogote como escarpias al imaginar al viejo Luther King llorando a moco tendido como hacemos los que realizamos algún sueño cada vez que lo conseguimos. Yo también, por fin, he acogido la victoria demócrata del candidato novato con alegría no exenta de esperanza. También he analizado sus palabras para atisbar en ellas el final de Guantánamo, la extensión de los seguros sociales para todos, la retirada de Irak, un nuevo modelo económico que nos devuelva la calma y nos ahorre sobresaltos añadidos, el cambio, en fin, que parece prometer la figura pública de Obama y su innegable proyección histórica.

Lo malo aparece cuando tras las palabras llegan los hechos como auténticos emisores del mensaje real, de lo que cabe esperar. Ahí ya los hechos se manifiestan en otro sentido y, mirándolos de cerca, veo en ellos elementos nada halagüeños cuyo sentido conoceremos después pero de cuya oportunidad podemos ya hablar. Me refiero a los nombramientos en áreas como la Economía, la Defensa o la Política Exterior, léase las relaciones con Israel y los países árabes, sobre todo, las tres áreas determinantes de la política inmediata que habrá de aplicar el gobierno obama. Ya digo que por ahora son nombramientos, que por sus obras los conoceréis, pero es que muchos de los elegidos por el reciente para su gobierno llevan ya bastante "obra" en su trayectoria como para proyectar por dónde irán sus tiros. Y no me gusta lo que veo. No entiendo que el principal referente en economía, ese que debería "arreglar" el desaguisado histórico generado por la política cómplice del ultraliberal Bush, el capo llamado Robert Rubin, que fuera Secretario del Tesoro con Clinton, sea uno de los que se han enriquecido tras culminar el desastre del Citigroup embolsándose 115 millones de dólares tras dejar a su paso 75.000 parados y unas deudas que ni siquiera han podido paliar los 300.000 millones de dólares del erario público inmolados por el estado para cubrir los activos envenenados del grupo. Ni entiendo que el referente en defensa con cargo y mando de Secretario sea otro Roberto, éste Gates, un ex-director de la CIA, un halcón de cuando la guerra fría y el responsable del envío de más tropas de infantería a Irak cuando a su jefe inmediato Bush ya le temblaban las manos ante el evidente fracaso que estaba resultando su guerra de ocupación. Ni comprendo tampoco qué política creíble de pacificación en Oriente Medio podrán llevar a cabo Hillary Clinton y su equipo elegido de "varones medio-judíos", como son conocidos sus principales colaboradores.


Si van a ser estos los zorros que guarden el gallinero, apañados estamos. Leed este artículo esclarecedor y ya me contaréis...

martes, 20 de enero de 2009

obviedades de Pero Grullo

Asistimos con tanta frecuencia a tan eficaces procesos de desinformación, hay tanta mentira y necedad a nuestro alcance en los media, con sal o azúcar según convenga para que nos la traguemos mejor, que acaso no venga mal un poco de realidad, algún dato, un par de cifras que allanen un poco el intrincado camino que conduce al criterio propio. Para aproximarse a ello con alguna posibilidad, nada mejor a veces que las verdades del barquero, sabio entre los sabios, o la intachable lógica de Pero Grullo, el que a la mano cerrada la llamaba puño. Vayamos jubilosos:

- Protesta de los jueces. Irritación gremial y, de paso, leña al mono. Ninguno de los gobiernos anteriores metió mano a la ineficacia judicial ni a su modernización cuando debió hacerse. En estos 30 años, las notarías españolas están totalmente informatizadas, los notarios disponen de uno de los mejores programas de gestión que pueda haber en el mundo, poseen una intranet que anda de maravilla y han aquilatado ingresos y gastos al mejor nivel mundial. Mientras, en España hay 40.000 funcionarios de Justicia que transportan inmensos legajos de mesa en mesa. El doble que en Inglaterra, o que los 17.000 de nuestra vecina Francia. Horarios hasta las 3, los tres cuartos del bocadillo que no falten, protocolos contra eficacia, pero resistencia pasiva a la plena informatización, no fuera que se les escape el control total. El Gobierno que más ha invertido en este Ministerio, que ha sido éste, castigado con una amenaza de huelga con tintes revanchistas según la carta circular del juez Tirado. "A por ellos", dice ignorando las más elementales reglas de la gramática...

- Crisis económica. Como en todo el mundo, pero más peor. La debacle del modelo capitalista especulativo, propiciado sobre todo por la ultraliberal y cómplice política económica de Bush para con los amos de Wall Street al permitirles la total opacidad de sus operaciones, ha salpicado al mundo en general y a España en particular, gracias sobre todo a que los dos grandes pilares de la economía patria, el turismo y la construcción, se encuentran el uno en moderada recesión y en franca bancarrota el otro. Todos los gobiernos anteriores, del PP y del PSOE, han aplaudido con las orejas y sacado pecho en horas de bonanza sin preocuparse por paliar con industria pesada la preeminencia de unos sectores que son, por definición, inestables y que apenas generan riqueza añadida. El Estado ha corrido a evitar la caída de los Bancos con dinero de todos, pero se le ha olvidado, qué cabeza la suya, exigir por contrato un comportamiento crediticio acorde con las necesidades de los mismos que les han reflotado. Ahora creo que les van a tirar de las orejas. Aquellos barros nos traerán más sucios lodos...

- Paro y beneficios. Capitalismo en estado puro. Se preguntan los ingenuos manifestantes de Zaragoza contra los sucesivos ERE's que nos amenazan qué ha pasado con los beneficios de años anteriores y por qué, ahora que vienen mal dadas, el primero que lo paga es el obrero con la precariedad de su puesto de trabajo. Preguntas al viento, retórica pura que tiene su raíz en la ignorancia (con ciertas complicidades sindicales) de que ese precisamente es el fundamento del sistema dentro del que viven y votan. Los beneficios son de la propiedad y carecen de uso solidario. Lo suyo es que estos tiempos vean centenares de empresarios aprovechando el Pisuerga para reducir plantilla y las orejas del lobo para incrementar productividad o te vas a la calle. Ya está pasando y no veo manadas de aguerridos funcionarios del Ministerio de Trabajo ni sindicalistas de pelo en pecho denunciando todos y cada uno de los casos abusivos que ya se están dando.

Mientras, por el mundo, más de lo mismo. Hamas proclama su victoria con la soberbia y ceguera propias del grupo fundamentalista que es, mientras más de 40.000 viviendas e infinidad de campos de cultivo, naranjos y olivares de Gaza han sido arrasados por los sionistas y el pueblo palestino no tiene qué llevarse a la boca, mientras Obama dará su discurso de investidura tras un cristal blindado. Tiene cara de atentado este presidente de piel negra y sospecho que él lo sabe bien. No tengo la sensación de que acabe con bien su mandato, ojalá me equivoque...

Así las cosas, acaso una mirada me bastara, que cantaba Aute...

Nota.- En cuanto a la ilustración, es sólo para reflexionar con vosotros una pregunta que me planteó esta imagen: ¿siempre parece mejor lo que queda atrás?

jueves, 15 de enero de 2009

la 440

Esta es la entrada que hace el número 440 de este blog de mis entretelas y barajaba para ella un buen número de temas que han retenido mi atención, del tipo huelga de jueces, mensajes en un autobús, defenestración en Público y alguna más, pero debo deciros que cada vez que me he sentado al teclado para trabajar con sus contenidos me asaltaba una especie de parálisis digital, a los dedos, seamos precisos, originada en el cerebro, que me lo impedía. No he sido capaz de redactar una sola línea con sentido, confieso, desde que mi amigo Pepe el tuerto me envió un contacto que abría una cámara centrada sobre Gaza en tiempo real y pude contemplar en directo durante largos ratos, y escuchar aterrado, las explosiones, los incendios, los disparos, los cañonazos, el fuego de morteros, los aviones y sus supuestos misiles de cirujano...
Paralizado por su contemplación, estaba decidido a colgar esa vergonzosa ventana (http://switch3.castup.net/cunet/gm.asp?ai=386&ar=NanaTV01&dr=02:30:00%20-%202k%20-) en este blog cuando, vete a saber por qué, la trasmisión enmudeció y sólo quedó de ella un link a ninguna parte. Miento. Una de las veces, se volvió a abrir la ventana y pude contemplar un delicioso spot comercial de la televisión israelí repleto de niños alegres y juguetones.

Apenas me estaba reponiendo de las emociones encontradas que me había provocado la visión directa de lo más parecido al apocalipsis que recuerdo cuando recibí de mi amigo Miguel un correo de solidaridad con el sufrimiento palestino. En él venía otro link, esta vez para abrir los documentos gráficos compendiados por una organización solidaria francesa y lo abrí espantado por el comentario que prevenía acerca de la dureza de las imágenes de amputaciones y horrorosas quemaduras al parecer de fósforo blanco de muchos niños de la franja. Tal vez por algo parecido a la misericordia, tampoco el link (http://portail.islamboutique.fr/gaza2008/) me condujo a nada, puesto que se abría una página en blanco. Como soy un pesado, investigué en la caché de google para encontrarme docenas de fotografías con los vínculos rotos, imposibles de visualizar.

Fue entonces cuando caí en la cuenta de la existencia de una poderosa red judía de contrapropaganda que, al igual que sus hermanos mayores de la guerra, libra la suya particular en este terreno, el de la trasmisión de información por Internet. Si ya en la realidad los poderosos misiles, el armamento sofisticado y los explosivos de última generación se enfrentan a los cohetes de hojalata de Hamas fabricados a mano, imaginaos lo que puede ser la maquinaria bélica sionista en la red, cercenando pasito a paso todo lo que pueda ser una manera de que el mundo entero vea con sus propios ojos la barbarie que se está desarrollando ahora mismo, mientras lees estas líneas, en los territorios de Gaza, contra su población, en nombre de una supuestamente legítima defensa (conviene saber que, desde 1980, las alrededor de 700 bajas causadas por Hamas en territorio israelí, que yo condeno sin ambages, han sido menos que las 800 que nos ha causado a los españoles la banda descerebrada y filofascista de ETA).

Esa contrapropaganda hija de la misma madre que la prohibición de periodistas en las primeras líneas, su fehaciente expulsión de observadores neutrales, la imposibilidad de contrastar ninguna información acerca del armamento que utilizan, de sus bombas de racimo, su fósforo blanco, su metralla sin metralla, sus explosivos de "energía directa" o de agentes químicos o biológicos, su prohibida munición DIME (Dense Inert Metal Explosive) con su volframio o tungsteno incorporados, expandiendo el cáncer como arma de guerra, esa contrapropaganda que presenta a Israel como la nación agredida que ejerce su legítimo derecho a defenderse masacrando indiscriminadamente a la población palestina...

Por razones como estas estoy que no puedo escribir nada...

domingo, 11 de enero de 2009

moncho

Le he estado viendo tres días seguidos en la tele. Acudía a un programa concurso de Tele5 que sigo con cierta constancia porque creo que me ayuda a mantener ágil la azotea, demasiado presdispuesta a la vagancia a estas edades que asomo. Estaba ahí desde su condición de "famoso", ese adjetivo chicle que sirve igual para un roto que para un descosido. Me acordaba de él, con doce años, en los pupitres dobles del viejo San Antón, cuando nos conocimos allá por los primeros años sesenta. Desde entonces somos amigos y de alguna manera nunca hemos dejado de vernos, aunque lo que se dice frecuentarnos pues no ha sido algo común en los últimos veinte años. Si acaso, alguna coincidencia en saraos musicales, saldada con unas pocas palabras, alguna invitación que me llegaba de sopetón a espectáculos de su creación y las inevitables giras tanatorias cuando alguno de nuestros deudos comunes se quitaba de fumar. Una vez fui con mi chico pequeño a Segovia a comer en su casa, disfrutando de la compañía de Chari, de su hermana canaria, ay, recientemente desaparecida y del pesado cabezón de un perrazo enorme que presidía el cotarro en plan aquí mando yo.

Con Moncho pasé algunos de los años más creativos y divertidos de mi vida, cuando lo de Las Madres y la Santurce, a la carrera entre escenarios, actuaciones interrumpidas por los grises, provocaciones en la Universidad, años locos de actividad incesante en la que convivían y se entremezclaban la rebelión, los amoríos, la política, la casi-fama, el protagonismo, la militancia, la apenas saboreada independencia familiar, mi variante hippie, la propaganda ilegal, las visitas a la DGS, los ingresos en Carabanchel, las reuniones de célula, el invento de la UPA, las escapadas playeras al levante, las pandillas... A veces perseguíamos a la misma chica, en ocasiones intentaba yo ligar con su hermana Pepa con relativo éxito, hasta compartí con ellos el fugaz regreso de visita del padre que salió un día por tabaco. Porque el Antoñito era como de la familia aunque les sacara medio cuerpo a la madre y a toda la retahíla de tías bajitas y solteras que rodeaban al, hasta mi llegada, único macho del entorno.

Compartimos las dificultades que nos planteaba la vida como las apuestas de una fábula, la buhardilla de Jesús del Valle, la nuestra de la travesía de San Mateo, fui buen amigo de su entonces mujer Carmina, llevé en brazos a su hija Bárbara, ahora la joya de la corona, nuestros caminos se juntaban y separaban al arbitrio del poeta, meses sin echarnos la vista encima y semanas de convivencia... Dan para mucho y de todos los colores cuarenta y muchos años de pacífica coexistencia, de amistad intermitente, de referencias comunes y recuerdos entremezclados, que Moncho sí que es mi limitada y particular memoria histórica...

Le he visto por la tele y acechaba como un cazador sus expresiones, sus aciertos y errores, su desconcierto, sus habilidades y torpezas... Me estaba mirando en su espejo, sin darme cuenta, y le veía gastado y premioso, su siempre lúcida mente, veloz como el viento de Oklahoma, ahora al ralentí, sus ojos... Después del último día de sus tres apariciones, en cuanto terminó el programa, corrí (es un decir) a encerrarme al baño y encendí todas las luces para mirarme a la cara, para verme con distancia y la máxima objetividad, para buscar en el fondo de mi mirada una luz que corroborara que sigo vivo..., aunque para verla me tuviera que poner las gafas.

viernes, 9 de enero de 2009

el fenómeno mediático

Hay centenares de comentarios y opiniones en la red y los periódicos acerca de las opiniones del insufrible sobre Obama y el "previsible desastre económico" de los Estados Unidos bajo su presidencia (que hace falta tenerlos cuadrados para lanzar estos presagios mientras el mundo entero está pagando en carne la deshonesta gestión de su predecesor, el Bush de las Azores), pero resulta que todos ellos, o al menos todos los que he podido comprobar, y han sido unos cuantos, se basan en la nota que al respecto emitió Europa Press. Ninguno se ha tomado la molestia de comprar la revista (3,50€ del ala) para cotejarla pero, lo que es peor, no hay manera de leerla al completo en Internet, o yo no he sido capaz de encontrarla en toda la mañana. Hasta tal punto que muchos piensan que la entrevista apareció en la edición internacional (la fetén) de la citada revista y así lo comentan (los hay que hablan incluso de posibles errores de traducción) cuando lo cierto es que esta tan mentada entrevista fue publicada en la edición española de Vanity Fair y realizada por su directora, Lourdes Garzón, quien por cierto no lo está haciendo nada mal. Como anécdota os comentaré que en la edición americana de la misma fecha, con idéntica portada, el entrevistado es Robert Murdoch, el jefe de Aznar, y no su irritante pupilo.

Ahora nos sale la FAES con un comunicado en el que su presidente impenitente amenaza con acciones legales a los que le acusen de racismo a partir de su desafortunado apelativo de "exotismo histórico" dedicado al acceso de un hombre negro a la Casa Blanca. Lástima que a pesar de tales amenazas no haya en su manifiesto ningún desmentido de esa adjetivación. Ya parece habitual que el expresidente utilice la Fundación que preside para dirimir asuntos que atañen exclusivamente a su persona, en una confusión característica de los personajes totalitarios. Hace que una organización supuestamente cultural le sirva de correa de trasmisión para sus combates privados contra, por ejemplo, el vicesecretario general del PSOE, Pepiño Blanco, e imagino por tanto que cuando se refiere a sus asesores legales hablará de los de la Fundación, a la que por cierto el Gobierno del mismo PSOE ha subvencionado en 2008 con unos 4 millones de euros de nada (nada mejor que el dinero del Estado para defender el neoliberalismo, entiéndase la paradoja). Así se explican los espléndidos resultados económicos de su empresa Famaztella SL, si los gastos inherentes a su objeto social son asumidos por otros. (Por cierto, que hace falta ser hortera de bolera para llamar a una empresa con un acrónimo familia-aznar-botella tan horroroso, aunque luego, al leer la cifra de beneficios netos del año, donde pone más de 300.000, se te pase el mal trago).

Lo de la FAES es que no tiene desperdicio, empezando por su clasificación. Por curiosidad me he dado un paseo por el Protectorado de Fundaciones Culturales del Ministerio de la Cosa, donde al parecer deben figurar todas, al menos si quieren llamarse así, y resulta que la susodicha no figura en el Directorio de Fundaciones a fecha 2 de junio 2008. Lo mismo figuran en otro sitio, agradeceré cualquier información al respecto, pero ni están en ese directorio ni, por consiguiente, tienen derecho a denominarse Fundación según el texto de introducción de la normativa. Otra pregunta que se me viene al coco es cómo puede el mismo Ministerio de Cultura subvencionar con 2.860.000€ el año pasado a una autodenominada Fundación que no figura registrada en su propio Directorio y que lleva sin hacer pública su Memoria desde 2005.

Cosas veredes, pero morro...

miércoles, 7 de enero de 2009

la mano del niño

Acabo de reparar en que la anterior entrada ha conservado la fecha en que empecé a escribirla en vez de la del 6 de enero en que la publiqué realmente. Lo que son las cosas de los cyberautomatismos. En cuanto te despistas, te están contradiciendo porque alguien decidió que la fecha se fijaba automáticamente al comenzar una entrada y no al enviarla. Habrá que fijarse bien para descubrir otros que seguro habrá escondidos en esta máquina infernal.

A lo que iba: hoy pasaba yo bajo los operarios que desmontaban los últimos vestigios de la oleada navideña. Descolgaban las bombillas de colores con aire de hastío por tanto curro, como si se preguntaran a santo de qué o repitieran entre dientes lo de "hacer y deshacer, todo es quehacer" como un mantra para combatir la desilusión. Ya es recuerdo, sí, pero esta vez me han quedado algunas cosas por decir porque he descubierto la existencia de una nueva fauna. La forman aquellos que, pese a manifestarse ajenos al hecho religioso supuestamente commemorado, sostienen que celebran estos fastos porque constituyen una buena razón para la reunión de los seres queridos y de la familia, una excusa para ser más buenos por unos días, un motivo para celebrar la inocencia de los ninios y compartir la desmesura alcohólica de los cuñados..., en fin, una fauna que se manifiesta descubridora de las navidades filantrópicas. Si para ello conviene que sus hijos estudien y cumplan a rajatabla las tradiciones, aprendan villancicos, monten el belén y le cambien a Gaspar una copa de ponche por una mirra envuelta en papel de brillo, pues les parece bien.

Me encantaría de esta fauna su existencia, pervivencia y subsistencia, porque ni me va ni me viene el asunto, si no fuera porque su adalid (al menos el teórico con el que me he topado), que es un escritor descreído y puñetero al que admiro y recomiendo a menudo, se ha permitido militar en contra de los que sostenemos lo contrario, repartiendo sin mesura epítetos que a su parecer definen y caicaturizan a los que aberramos de estos festejos pero, ¡ay!, concluyendo con un adjetivo, a modo de coda, que me encocora. Caganers, nos ha llamado, y por ahí sí que no paso. Hasta debajo de un pino podíamos llegar. Jamás seré yo el que tire de los pantalones en un belén, porque en Belén solo cagan a gusto los sionistas, que yo sepa, y no admito que me comparen con ellos y menos con la que está cayendo en el vecindario. Que opinen, me parece bien. Que discrepen de mi posición, lo comprendo, lo asumo y me la refanfinfla, que decían en mi barrio. Pero que nadie me llame caganer, que me pongo como un basilisco y no respondo. Cualquier día, uno que ninguno tengamos nada mejor que hacer, lo discutimos. Aunque a lo mejor no, porque con los mismos argumentos podrían defenderme una Primera Comunión, las bodas por la iglesia o las canonizaciones multitudinarias, vaya usted a saber, y entonces para qué los ruidos.

Prefiero quedarme con el más bonito espíritu que he encontrado en estas fechas, el de un emigrante, agraciado por la lotería de El Niño, que al preguntarle por el destino de su reciente fortuna ha manifestado, trabándose su voz por la emoción y en su castellano dificultoso, que "como mi hijo perdió unos dedos en un accidente en el trabajo, con este dinero le daré a mi hijo una mano nueva". Me quedo con ese padre y con esa mano. La mano del niño.