viernes, 27 de febrero de 2009

la voz de su amo

No sé por qué, pero al comenzar esta entrada me vienen a la cabeza aquellos rotundos versos de Miguel Hernández, "Tristes guerras si no es amor la empresa, tristes, tristes". Eso, fundamental y eminentemente tristes me parecen siempre los que, porque algo importante deben, salen obligados a la palestra pública a pagar su deuda defendiendo a sus patrocinadores, dando por ellos la cara, haciendo las veces de voceros de su señor cuando tan a menudo su palabra resulta inoportuna y casi siempre sospechosa de puro anacrónica. Sabedores de su paripé, inseguros, corridos como una mona, sus caras de circunstancias demuestran que sienten en su fuero interno con claridad la vergüenza de que cualquiera podrá ver en sus palabras, en sus gestos, en su falta de convicción, la oculta voz de su amo.

El hoy vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Fernando de Rosa, salió la semana pasada a la palestra pública, sin venir a cuento, contraviniendo públicamente la imparcialidad y defensa de la magistratura a la que le obliga su cargo, para lanzar una carga de profundidad contra el juez Garzón y proferir una impúdica defensa de la honorabilidad de quien le nombró Consejero en la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y del partido que le promovió a su actual cargo. Sin disimulo, a las claras, tras una culposa coincidencia con su fiador en palacio primero negada y luego admitida, este estómago agradecido tiró de pantalones y enseñó a las cámaras su culo gordo y sus miserias morales. Triste su papelón, triste su insensata obediencia, triste, triste...

El actual tesorero del PP, Luis Bárcenas, denuncia al mismo juez (al que tanto jalearon desde su partido cuando empaquetó a Vera y Barrionuevo, entre otras cosas) por haberle implicado implícitamente, que ya hay que hilar fino, y lo hacen en su nombre los mismos abogados de su formación que han elaborado las denuncias por supuesta prevaricación. Tras la cacería de Bermejo, tan soberbio como políticamente inconsciente, aunque me gustara su radicalismo, se permite hablar, además, de propaganda goebbeliana en su contra desde un entorno que está utilizando la reiteración intencionada de una mentira para intentar convertirla en verdad indiscutible. Con el tesorero se juega el PP su ser o no ser, ahí es nada, y todas sus baterías disparan contra el juez a la voz de su amo. Tristes prácticas, aún por la supervivencia, tristes...

Un grupo de veinte o treinta ciudadanos, provistos de pancartas y cartelones elaborados a toda prisa en esas imprentas partidarias que sirven para todo, se reunen y manifiestan en Lazcao para llamar fascista al hombre al que han expulsado del pueblo por destrozar con una maza una herriko-taberna a plena luz del día y a cara descubierta. No se manifestaron cuando una bomba de Eta destrozó el día anterior una casa del pueblo y otras residencias de vecinos suyos con los que compran el pan cada mañana. La imprenta no trabajó a destajo ese día. Eran daños colaterales. Le gritan fascista los mismos que justifican y celebran los asesinatos a sangre fría. Piden que sobre él recaiga el peso de la justicia los mismos que aprueban la muerte de jueces, magistrados, periodistas y catedráticos de Derecho. Le expulsan de su tierra los mismos que nombran hijo adoptivo a cualquiera con un amplio y sangriento historial a sus espaldas. En esa dinámica, no me extrañaría que los que se toman la justicia por su mano denunciaran a este ciudadano ante la ley española. Hacen el ridículo por obedecer la voz siniestra de su amo. Triste y vergonzoso anacronismo, triste, triste...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué buen criado si tuviera buen señor!... No, tampoco lo sería.
Esos de la extrema-izquierda abertzale hace mucho tiempo que perdieron el norte de las cosas: le destrozo la casa a un obrero y encima le llamo fascista mientras le amenazo...

Anónimo dijo...

Suscribo todo lo que has escrito.

Antonio Piera dijo...

Sí que lo perdieron, Gustavo. El mismo día en que su brazo armado decidió continuar con lo suyo a pesar del evidente advenimiento de la democracia burguesa. A partir de ese mismo instante comenzó la hora de los equilibrios imposibles y los argumentos insostenibles. Y en ello siguen, impasible el ademán.

Pues sacarán pecho, María, tras lo de Galicia y su bisagra vasca. Eso es lo que harán, y pelillos a la mar. Algunos políticos no arden ni en las llamas del infierno.

Gracias por tu acuerdo, Adrián, son palabras arriesgadas a las que me reconforta respaldes.