miércoles, 18 de junio de 2008

...y no estabas tu

La otra tarde leí que se había celebrado un homenaje del Congreso de los Diputados a los represaliados del franquismo. Deambularon por los pasillos y sentaron sus reales posaderas en el hemiciclo tan panchos, tan ancianitos, con ese beatífico aspecto que era la inocencia personificada y tuvieron derecho a una sesión de Bono contándoles una de indios hasta que un recalcitrante paseó una bandera republicana y entonces Pepe les contó otra de vaqueros, que son los buenos y defienden la legalidad, aunque para mí que se refería a la de ahora y no a la que sustituyó la bandera legal por la monárquica rebelión mediante y con las armas en la mano. No tardó demasiado el campechano presidente en recordarles que estaban allí de prestado, como invitados de su generosidad, y que no debían sacar los pies del plato del postre. Era por la mañana, y no estuve allí para decirle por dónde se podía insertar su benemérito gesto.

Tampoco me invitaron a una comida en Rivas Vaciamadrid, que es municipio amigo, y eso ya me jodió un poco más porque en esos saraos se suele comer bien y beber mucho mejor lo que, si no justicia, al menos te hace el avío y finiquitas los cafés con cantos regionales o, en fecha tan señalada, lo mismo se arrancaba alguno con el ejército del ebro rumbalatumbalarumbamba.

Cuentan que luego, por la noche, hubo un concierto gordo donde cantaron muchos y recitaron otros, a diez euros la entrada. Nadie me lo dijo, así que me quedé en casa, pero muy fastidiado. No es que me entusiasme que me canten, pero me da rabia haberme perdido la amarga voz de Almudena recitándome algo bonito a la oreja, al tronco Joaquín pasándome la mano por el hombro, a ese Eddy cantando hastiado lo de la calva, la calva-calva (como se salmodiaba en su grupo sin ningún respeto) o descansar mi cabeza entre los senos de mi querida Maripili, que ese día seguro que me habría abierto la muralla..., de su sonrisa.

Ignoro quién o quienes organizan esos saraos, pero con ver al Plaza de director de escena ya me veo venir a los de siempre, los oficialistas del recuerdo, la eterna órbita del PC y su modo sectario de hacer las cosas, como cuando con el Socorro Rojo recaudaban para los luchadores antifranquistas entre los vergonzantes europeos y luego sólo su comuna de fieles recibía en la trena los sacos de dormir o langostinos por cajas para el 1 de mayo.

A mí, eso de haber sido esto o lo otro, para lo único que me ha servido nunca es para ser cual soy ahora mismo, y polvo enamorado el día del amén. Lo demás, chorradas.

PD: No me diréis que no teníamos buena pinta en la cárcel de Jaén, ¿eh?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con todos mis respetos a quienes sufrieron y penaron la injusticia por defender una causa justa, por ese motivo, porque cuentan con todo mi respeto, me jode la institucionalización de este tipo de actos en los que los de siempre van a lo que van: a hacerse la foto.

Las ideas quizá merezcan un respeto; algunos de sus supuestos defensores... vamos a dejarlo.

Si me quieres escribir, ya sabes mi paradero...

Abrazos,
Pedro de Paz

RGAlmazán dijo...

Pues querido amigo lo organizó la Asociación de Presos y Represaliados Franquistas que ya te anuncio que como organización son una puta pena.
Y bien que lo lamento.
Lamento que no se hayan acordado de tí, pero te aseguro que si no empujamos un poco se olvidan de Andrés Iniesta, por ejemplo, que pasó diez años en la cárcel.
En fin, supongo que buena voluntad pero mala organización.

Salud y República

Más claro, agua dijo...

Lo peor que se puede hacer con la memoria histórica es convertirla en una marca... Van a acabar vendiéndonosla en el Cortinglés... Y si no, al tiempo.

Anónimo dijo...

Plenamente de acuerdo con todo lo que dices y con lo que dicen aquí los compañeros. Tu reflexión, por otra parte, me recuerda a algo que me dijo Antonio (Gómez): en el mundo de la canción, había dos clases de personas: los que cenaban con Carrillo y los que no. Eso es de las cosas que más pena me dan.