martes, 8 de enero de 2008

adiós, hasta septiembre

Con la festividad de Reyes se cierra el ciclo anual de las Navidades y se despide hasta septiembre, que cada vez hay que vender más y mejor y empiezan antes, dejando tras de sí cierto regusto amargo, para unos por los varios kilos de más, para otros por los demasiados euros de menos. Para mí, en cambio, ya conocéis mi especial debilidad por estos festejos, el regusto final es el mismo que cuando de pequeño salía del circo. La función terminada, cada mochuelo a su olivo. Vuelve a ponerse en marcha la maquinaria productiva, vuelven los jefes a su gesto airado, vuelve el trabajo por do solía y vuelve la burra al trigo. Cuando llamas por teléfono, la gente va y está en su sitio, con la inocencia de quien no ha roto en su vida un plato, cuando te han estado mareando con ausencias y festejos de toda índole.

Así que demos por bien concluido este circo de dromedarios y renos domesticados, de payasos disfrazados de eunucos de blancas barbas, de equilibristas intentando que les alcance para regalos y comidas, de fieros domadores de niños desbocados... Durante el descanso ha habido sorteos entre los asistentes y a los niños pobres les han tocado chucherías y bobadas del todo a cien y a los hijos de los pudientes les han faltado manos para recoger docenas de artefactos tan caros como inútiles, que tal y no otro es el sentido profundo de estas fiestas para todos en las que lo desigual es la ley. Los tristes han pasado a estar más tristes y los encantados de haberse conocido siguen en ello.

Así que cuando la encargada del bar del polígono me ha preguntado eso de ¿qué tal se han portado los reyes?, no he podido reprimir una salida de pata de banco. Tita, corazón, a mí los reyes me la sudan. Yo soy republicano.

Y, además, he adelgazado un par de kilos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía que frecuentaras en bar de la señora Cervera; por cierto, últimamente un tanto rebelde y "pro-árbol" contra los proyectos de Gallardón.

Anónimo dijo...

¡Que suerte haber adelgazado! debes ser de los pocos.
Efectivamente, hasta septiembre. Me encanta la imagen de Santa descansando, a calzón quitado, tras tanta escalada por chimeneas. Ya ha pasado la Navidad, un año más ¡yuju!

Luna Carmesi dijo...

JOer!!
dos kilos!
Roscon de espinacas te has engullido!

jajaja

Anónimo dijo...

Joder, D. Antonio, tiene usted una jodía costumbre de teñir de amarillismo los titulares de sus post y así nos va como nos va... No gana uno para sustos, oiga. Cuando he visto lo de "Adios, hasta septiembre" pensé que cerraba usted el chiringuito y abandonaba el mantenimiento de este entrañable rinconcillo... y casi me da un síncope.

Con lo que disfruto yo todas las mañanas dándome una vuelta por aquí.

So mamón.

Abrazos,
Pedro de Paz

Anónimo dijo...

Los Reyes Magos a sus hijos:
"Hijos mios... la gente no existe."

Anónimo dijo...

Espero que lo de "Hasta septiembre" sólo se refiera al señor Noel, porque estoy empezando a pensar que tú, Antonio, también estás dejando el blog. No, ¿verdad?

Browner...Seguro? dijo...

¿Hasta septiembre no vuelves?.....jajajajaja... ya empiezo a echar de menos tus ácidos artículos...

Anónimo dijo...

Joer, D. Antonio, a ver si lo de "Hasta septiembre" va a ir en serio. Que hace ya un tiempo que nos tiene usted abandonados.

Abrazos,
Pedro de Paz

Antonio Piera dijo...

Si fuera la Cervera, aquello no sería un polígono, David.
Anónimo, ha debido ser el exceso de bilis, pero no te preocupes que enseguida los recupero..., a base de roscones de espinacas, como dice luna. Las que estaban riquísimas fueron unas torrijas especiales, pequeñas y melosas, que hice con el sobrante de un roscón, para qué engañarse.
No confunda usted mi afán por los titulares de doble sentido, don Pedro, con el vulgar amarillismo de aquella prensa inglesa especializada en inventar la noticia, que es como comparar un buen culo con unas malas témporas. Pero, en el fondo, no le falta a usted razón en cuanto a que sí tengo algo en común con aquellos tabloides. Las ganas de provocar reacciones contradictorias, buenamente tal que la suya, que le agradezco.
Y no se equivocan, Grendel. Al menos, la buena gente existe poco (porque no le dejan).
No, David, no lo estoy dejando. Es la vida la que no me deja practicarlo de manera tan habitual como pretendí siempre y conseguí casi siempre. Me queda tanto por decir... Así que browner, Pedro, David, os debo una explicación: (ver nuevo post, cuando lo escriba).