martes, 7 de agosto de 2007

mis empleados se me suben a las barbas

No hay telediario que no me machaque con ellos. No hay gracieta de ninio de la real familia que no se repita hasta la saciedad en la/s tele/s con sorprendente unanimidad, conduciéndome peligrosamente hacia el vómito.

Antes resultaban más discretos. Antes los periódicos y los informativos también lo eran. Ahora, ya no. Ahora están hasta en la sopa y me empiezo a hartar de sus lujos, sus boatos, su ropa de diseño, sus vacaciones eternas y hasta de sus caras. Antes tenían cierta utilidad en los momentos de crisis y pasaban por la Historia de cada día como el sol por el cristal, intentando no romperla ni mancharla, como de puntillas, sabedores de la precariedad que les confería la mano que condujo su retorno a la palestra. Ahora sus pisotones en el puente de tantos barcos de lujo resuenan como pistoletazos de salida de una carrera por figurar en primer plano, pero tal vez también de otras carreras. Mis empleados, la familia real a la que estoy pagando religiosamente tanto gasto suntuario y figuración mediática, se me están subiendo a las barbas.

A una cyberamiga, que es puta, también le pasa. Y les ha escrito una carta. Algo está cambiando para que una puta que asume serlo les escriba una carta a las reales cabezas de familia y la inicie con un escueto y coloquial Estimados Juan Carlos y Felipe. A ella tampoco le gusta lo que está presenciando y les amenaza con bajarles el sueldo pero, repleta de la proverbial buena voluntad literaria de las piculinas, achaca sus excesos a la cohorte de aduladores y les previene contra ellos y los efectos previsibles de tanta adulación. ¡Qué buena que es Miriam!

Yo, sin embargo, tengo mis dudas acerca de qué fue antes, si el huevo o la gallina. Aunque la España actual provenga toda de la gallina, que me acuerdo de la mili en el batallón disciplinario de Plasencia, bella ciudad, y de la bandera bajo la que se sirvieron de mis días de servicio obligatorio... O será antes el huevo, o el fuero, pero me atufa las narices cierta sensación de soberbia real in-crescendo que proviene de los gestos, las exhaustivas presencias y las dolorosas ausencias de mis empleados a tiempo completo. Esta soberbia puede ser la que probablemente esté concitando tan unánime aplauso de la corte. Hasta puede que, en este caso, el fuero sea antes que la gallina.

Lo malo de tanta arrogancia es que me están entrando ganas de despedirles. De prescindir de sus servicios sin ni siquiera explicarles que, puestos a lujos, mejor los míos.

Lo peor para ellos es que parece que están olvidando que este país ya sabe cómo se hace.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto no tiene nada qeu ver con tu post. Sólo quería comentar contigo una cosa: Qué buena está la hija de Curri Valenzuela, verdad? Y cómo mola su blog. Pero son así de desenvueltas las nuevas generaciones? Será así mi querida hija cuando crezca? Algunas tías empiezan a molar tanto que dan miedo.

Anónimo dijo...

Cuánta razón! (ahora mismo están con ellos de nuevo). Viendo documentales del general cabezón me doy cuenta de que hacen lo mismo con el príncipe sin corona que con el rey coronado. Me gusta tu sentencia.

Antonio Piera dijo...

Con la trayectoria que trae y el carácter heredado, puede que tu hija deje pequeña a la Beta mencionada, que las carga el diablo. Sí que mola su blog, sobre todo porque tiene un coco superamueblado en un continente que para qué la Atlántida.
Gustavo, ¿y cuándo no es jueves? Es como una novela rosa por interminables entregas, que ya empieza a travesarse en el estómago.

Anónimo dijo...

Cortesanos y limpiasables hay a cualquier nivel, el caso es que nuestro asalariado tiene una de las mayores fortunas personales de España, en gran medida facilitada por ese pastor venido a reyezuelo que es el de Arabia ayudado del mamporrero del de la Rosa. ¿Reconoce ahora D.Antonio el porqué de tan alta distincion, pompa y boato que se le facilitó en su última visita?

Antonio Piera dijo...

Fortuna que no me negará, dilecto Némesis, proviene de su ejercicio de la más alta magistratura del Estado mucho más que de su cara bonita.
Sí que le concederé que se lo ha sabido montar, si usted me concede que sin ser el Rey no habría podido hacerlo.

RGAlmazán dijo...

¿Dónde hay que ir para despedirles? Esta mañana, a las siete, todavía no me habían traido el café a la cama. ¡Vaya reyezuelos! Les sacas de la vela y de tomar el sol y no cumplen. Eso sí, hay que ver lo bien que les queda el palacio de Marivent. Parece su casa.
Dígales a sus empleados que no se pasen que me estan cabreando.

Salud y República

J. G Centeno dijo...

Dado que es usted, aparentemente, un conspirador de la anti-España, probablemente subvencionado por oscuros intereses de origen masónico, y con el fin de tenerle completamente vigilado voy a proceder a enlazar su blog en el mío.
Salud y República.

Anónimo dijo...

Me da la impresión, D. Antonio, que al final va a resultar que me ha salido usted un poco rojo...

...¿Y sabe qué? Que me parece estupendo.

Un abrazo,
Pedro de Paz