martes, 14 de agosto de 2007

duelo al sol

A las siete de la tarde. Las siete en punto de la tarde, como es de ley. Madrid estaba huida por la canícula. Hasta El Cangrejero había echado sus cierres a cal y canto, los grifos al fin secos como los ojos de una Barbie, el género dentro por el calor. En la puerta, como había sido escrito, se encontraron los dos hombres, frente a frente, altivo el gesto, adusto el semblante, barriga excesiva uno, el firmante, sólida como una tenaza la mano del otro.
- Y, encima, está cerrado, don Antonio, dijo Pedro de Paz.
- Pues busquemos otro bar, que me derrito, le contesté.

No nos conocíamos cara a cara. Habíamos hablado, sí, a través de los comentarios en el blog de Reig del que somos ambos habituales. No siempre de acuerdo. Pedro siente debilidad por Arturo Juan Moisés Peréz-Reverte y Gutiérrez, al que yo considero un tiñalpa. El último encontronazo, en la arena del pensamiento jíbaro y el socialismo bonsai, acabó en un duelo. Andaban por ahí David Torres, Dan, Gustavo, Don Pedro, Beta, Javier, yo mismo y varios trasuntos de Rosa Regás, Luis de Góngora e incluso uno calcadito al señor Pérez que, para colmo, firmaba sadwing (¿entendéis?, de sad=triste y wing=ala, en el colmo de la sutileza). Se armó una buena. Miento, se armaron varias, eficazmente azuzadas por alguna mente calenturienta que a veces ponía estrofas del Cara al sol en euskara o en catalán.
En un momento dado, Pedro de Paz escribió, en justa réplica a una intervención mía...
- "...Hombre refranero, maricón y pilonero..." D. Antonio, en breve recibirá la visita de mis padrinos. Vaya usted escogiendo arma. Un abrazo,
6 de agosto de 2007 17:44.
A lo que un tal Antonio Piera. Madrid, respondió...
- Don Pedro, me estaba retando a mí mismo justo ahora, pero me parece mucho más atractivo lo suyo, así que elegiré de padrinos a don Eduardo (para que ponga la CruzCampo) y a don Gustavo, y de madrinas a doña Beta (siempre que no venga con su madre) y doña Marina, si se trae el colacao. ¿Arma? Podríamos acabar el uno con el otro a cervezazos. ¿Lugar? ¿Qué tal El Cangrejero?
6 de agosto de 2007 17:48.

Ahí empezó todo. Al final, no llegó la sangre al río. Hicimos caso a don Rafael y acodamos barra como dos señores. Cuatro cervezazos encajó cada quién, más de dos horas de cháchara, buenas sensaciones, intercambio de estampitas... Luego, al cabo, fuéronse, y no hubo nada.

Miento. Quedó un gran sabor de boca, que no era de los panchitos, y cierta satisfacción que espero comparta la otra parte por el buen rato vivido, prólogo seguramente de otros cuantos.

Lo que comento para ayudaros a pasar el rato, que es verano.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Doy fe de que así fue en verdad cómo sucedió.

D. Antonio:

Quede en mi memoria el inmenso placer y el honor de haber compartido con tan gratísima compañía conversación y cervezas. Es usted un fascinante interlocutor cuyos silencios son casi tan grandiosos como su palabras (que fueron unas pocas). El excelente sabor de boca con el que terminé la jornada -una de las muchas que espero se produzcan de aquí en adelante- es un placer que nadie podrá arrebatarme jamás. Ni yo me dejaría, por supuesto.

Y al que se lo perdió, que lo zurzan. :-)

Un fuerte abrazo,
Pedro de Paz

RGAlmazán dijo...

Parece que esto de Internet debería mantenerse en el anonimato. Nada más errático. En Junio un grupito de ocho bloggers asiduos nos vimos y fue un placer. Entre cervezas, hasta se puede hablar del tiñalpa ese (de acuerdo con Vd. D. Antonio. Y sobre todo se crea una complicidad difícil de construir sólo por escrito.

Salud y República

Anónimo dijo...

Centralistas! Por qué no tomaron ustedes cava?

Anónimo dijo...

No se sulfure, doña Rosa. Emplear el cava en un duelo de calité es cosa de afeminados y timoratos. Cerveza o Single Malt. Para unos curtidos duelistas no existe otra opción.

Y para su tranquilidad le informo de que, durante la edificante charla, nadie ultrajó nada que no mereciese ser denostado.

A sus pies,
Pedro de Paz

Beta dijo...

¿Y no hay fotos del evento? :)

Antonio Piera dijo...

Ya lo siento, Beta, pero no estuvimos por la labor. El alma de reportero gráfico me la debí dejar en casa.