miércoles, 11 de julio de 2007

natalidad a golpe de talonario

Cuando escuché las crónicas del último debate sobre el estado de la nación, para Zapatero de buena esperanza y para los rajoyanos apurando hasta las heces el cáliz de la rendición, me llamó la atención la última oferta del presidente, la de primar la natalidad a razón de 2.500 euros por niño habido.

Debo confesar que me mosqueó el hecho en sí del anuncio más por el momento y la oportunidad. Me pareció, y aún lo sigo pensando, un bajonazo, algo así como el conejo extraido de la chistera en el postrer aliento del espectáculo, buscando el aplauso antes negado. Me pareció inoportuno, entre otras cosas, decía, porque ya había obtenido con creces el aplauso mencionado, y hasta las dos orejas y el rabo del otrora astifino jefe de la oposición, antes bragado o meano, no me acuerdo, y ahora con los tintes jaboneros del buey bueno para carne. Vaya, este lenguaje debe tener su origen en San Fermín y mis madrugadas de encierro y café con leche.

Pero, una vez la sonora promesa sobre la mesa del Congreso, cabe suponer que ahora mismo el funcionariado de élite de algunos ministerios, Hacienda, Seguridad Social, Trabajo, Administraciones Públicas y otros, debe andar como loco intentando coordinar una alternativa organizativa plausible al tema, que no parece moco de pavo.

¿A quien se le paga, al padre o a la madre? ¿Cómo se soluciona el tema, se paga en pasta o se descuenta de impuestos? ¿Este dinero, cotiza o es regalo de la casa? ¿Qué pasa con las familias europeas en España con lo del agravio comparativo?... Se me ocurren mil preguntas, aunque la principal podría ser ¿de dónde va a salir este pastón, que suponiendo medio millón de recién llegados al año, ascendería a los 1.250 millones de euros anuales?

Lo que me pasa, con ese espíritu de la contradicción que me caracteriza y que tanto ha contribuído a hacer de mí un hombre rico con la vida resuelta, es que todavía se me queda en el tintero, rasgándome la garganta con sus aristas, la madre de todas las preguntas. ¿Vale para algo este esfuerzo? ¿Quién va a echar más hijos a un mundo como éste a menos de medio millón por cabeza?

(La ilustración es un montaje mío a partir de un espléndido trabajo de Sr.Paquito.net).

1 comentario:

Más claro, agua dijo...

Te he dejado por escrito
mi bendición y permiso
para que uses mis desvaríos
a tu mejor albedrío.

;-)

Salud