martes, 22 de mayo de 2007

código de ladrones

En unos tiempos, estos, en que los enamorados de lo ajeno andan con mil ojos, no es de extrañar que se trasformen los códigos. Ya se cambió el primero y más importante, que entre los cacos fue siempre aprovechar el descuido y la ausencia, huir en vez de encarar, anteponer la imaginación a cualquier género de violencia..., acaso por la llegada de aires nuevos a la delincuencia entonces llamada menor. Quedaron atrás las conductas honorables entre colegas y lo de los ladrones somos gente honrada ha pasado a ser kitch de puro antiguo.
Por ello, no es de extrañar que también se estén cambiando los símbolos de aviso, esos que usan los del oficio para advertirse sin conocerse acerca de la conveniencia, ventajas o inconvenientes de cada casa/objetivo de sus indeseadas visitas. Esos que suelen tallarse a punta de buril o de navaja o boli al lado de los buzones o junto al timbre exterior de cada casa. Los que dejan, a modo de avanzadilla, instrucciones cómplices o aviso para navegantes, que a mí me parecen todavía vagos vestigios de ese honor cuya desaparición intuyo, porque más de estos tiempos me resulta la insolidaridad del chiste, aquel de nada, pasa tu que a mí me da mucha risa.
Pero, bueno, se han publicado por ahí los nuevos símbolos y yo os los cuelgo para que no digáis, aunque no se me oculta que con ello participo, someramente, eso sí, en fomentar los miedos que nos invaden y hasta en hacerle el juego a las derechas en su discurso de la inseguridad.
Valga asumirlo, a cambio de que esta práctica información pueda obrar en vuestro poder.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, podría ser útil para miedosos: pero seguramente, si ya está descifrado, los ladrones habrán hecho otro.

Antonio Piera dijo...

A estas alturas, los blogs caminan más de prisa que la picaresca. Dales cierta vigencia, con precaución pero sin miedo.